Ciertas personas se sienten incómodas al hablar con personas con discapacidad. En esta oportunidad les voy a compartir algunos consejos básicos para ayudarte cuando trates con personas con discapacidad y para ayudar a las personas con discapacidad a que disfruten más de esa interacción.
Para empezar, analicemos las causas por las que algunas personas se sienten incómodas cuando están con personas con discapacidad. Una de las razones es que algunas sienten lástima por ellas y dan por sentado que están amargadas debido a su discapacidad. En la mayoría de los casos, esto no es cierto, otras piensan que pueden cometer algún tipo de error al preguntarle a la persona por su discapacidad, y una razón muy discriminativa es creer que puedes adquirir una discapacidad por el solo hecho de hablar con una persona, razón que los invito a borrar de ustedes.
Comencemos con los consejos:
No presupongas nada sobre las personas o sobre sus discapacidades. No des por sentado que sabes lo que quiere o siente una persona, o lo que es mejor para ella. Si no sabes qué hacer, cómo hacerlo, qué lenguaje o terminología utilizar, o cómo ayudarles, pregúntales directamente. Esa persona debería ser tu primer y mejor recurso.
Recuerda que las personas con discapacidad tienen gustos distintos. Sólo porque una persona con discapacidad prefiera algo de una forma concreta no significa que otra persona con la misma discapacidad también lo prefiera de esa forma.
Pregunta antes de ayudar. Antes de ayudar a alguien, pregúntale si quiere ayuda. En algunos casos, puede parecer que a una persona con discapacidad le está costando mucho trabajo hacer algo y que, sin embargo, se arregle bien y prefiera completar la tarea ella sola. Sigue las indicaciones que te dé y pregunta si no sabes qué hacer. No te ofendas si alguien rechaza tu ofrecimiento.
Habla directamente con la persona, no con el intérprete, ayudante o amigo. No hace falta que ignores a los demás completamente, basta con que centres la interacción en el usuario. Cuando un usuario que es sordo tiene un intérprete, le mirará cuando estés hablando. En este caso, el recordar que tienes que mirar al usuario y no al intérprete puede que te requiera un poco más de esfuerzo.
Si vas a estar hablando durante un rato con una persona que usa silla de ruedas, siéntate también para que estéis al mismo nivel y esa persona no tenga que forzar el cuello para mirarte.
Habla normalmente. Algunas personas tienen tendencia a hablar más alto y más despacio a las personas con discapacidad. No lo hagas. No asumas que porque esa persona tenga una discapacidad, también tiene una discapacidad cognitiva o no oye bien. Por ejemplo, una persona con parálisis cerebral puede usar una silla de ruedas, mover incontroladamente la parte superior del cuerpo y tener dificultades al hablar y, sin embargo, tener muy buen oído, ser muy inteligente o tener muy buenas habilidades cognitivas.
Utiliza el lenguaje de las personas primero cuando hables con personas con discapacidad. Este tipo de lenguaje pone a la persona en primer lugar y a la discapacidad en segundo plano. Por ejemplo, di “un hombre ciego” y no “un ciego”, y “una mujer con discapacidad” en vez de “una discapacitada”. Utiliza el lenguaje de las personas primero cuando hables con personas con discapacidad y cuando hables o escribas sobre personas con discapacidad.
Evita utilizar términos o eufemismos potencialmente ofensivos. Algunos términos del lenguaje incluyente son “personas con discapacidad” y “personas con discapacidad visuales/auditivas/físicas/cognitivas o de habla”. Borra de lenguaje términos como “invalido”, “víctima de”, “padece de”, “retrasado”, “deformado”, “lisiado” y eufemismos como “limitaciones físicas”.
Sé consciente de su espacio personal. Algunas personas que utilizan dispositivos de ayuda a la movilidad, como una silla de ruedas, un andador o una muleta, consideran estos dispositivos parte de su espacio personal. No toques, muevas o te apoyes en los dispositivos de ayuda a la movilidad. Esto es importante, también, en lo concerniente a la seguridad.
Siempre recuerda que estás tratando con otra persona como tú, con diferente personalidad, con diferentes ideas, y como ser humano estamos abiertos a socializar, a simpatizar y a compartir con los demás siempre con el debido respeto que todos merecemos.