Esta semana en nuestro país muchos gozamos de un periodo de vacaciones. En este periodo muchas personas tienen la oportunidad de visitar muchos lugares turísticos.
Entre estas personas nos encontramos un buen número de personas con discapacidad que visitamos algún lugar turístico, pero nos vimos afectados por la poca accesibilidad que estos disponen, lo que hace que no se pueda disfrutar de todos los servicios que estos lugares ofrecen para “todas las personas”.
Es momento de dar a conocer más el Turismo Accesible
¿Qué es turismo accesible?
La vinculación entre accesibilidad y turismo es relativamente reciente y su actual significado implica el planeamiento, diseño y desarrollo de actividades para el ocio y el tiempo libre de manera que puedan disfrutarlos todas las personas, y no solamente verlo como un turismo solo para un grupo de personas en particular. Por ello el turismo accesible no es un “turismo para discapacitados”, sino un “turismo para todas las personas”.
El turismo accesible, en consecuencia, implica un turismo para todos y establece pautas de integración respecto de las actividades recreativas, turísticas y culturales ya sea para personas con y sin discapacidad, y su grupo familiar, amigos o allegados; teniendo como especial objetivo una verdadera integración física, funcional y social de las personas con discapacidad, planificando un futuro sin barreras.
Hay dos causas principales que fundamentan la existencia del turismo accesible. Una de ellas involucra un sentido de justicia social, de solidaridad, de conciencia y sensibilidad, la segunda implica consideraciones económicas (las dos tienen la misma validez)
1- La persona con discapacidad deben poder integrarse a su grupo de pertenencia y al medio en el que desea desenvolverse, sin que existan barreras que impidan o dificulten el desarrollo de sus actividades en su entorno social y físico, ya que ese es su derecho.
Un importantísimo cúmulo de tratados internacionales, la Constitución Nacional, Ley de Equiparación de Oportunidades, establecen y garantizan las condiciones de igualdad de las personas con discapacidad, en el goce de sus derechos civiles y en el ejercicio de las actividades que desempeñan.
Entonces surgen las interrogantes: ¿Por qué razón estaría exento el turismo de este marco legal? ¿No tiene acaso una persona anciana, una embarazada, una persona con discapacidad motora a disfrutar de los atractivos naturales y/o culturales de un determinado lugar geográfico, si así lo deseara? ¿No puede acaso un cuadripléjico ver salir el sol detrás de una montaña en la cordillera? ¿No tiene derecho un ciego a bañarse en un lago o a oler la fragancia de una flor?
Todas las personas, sin discriminación alguna, deben tener la oportunidad de participar de actividades turísticas y disfrutar de los beneficios que estas ofrecen: además del descanso y el relajamiento que mejoran la salud y nos alejan de las tensiones cotidianas, y de la posibilidad de recrear los vínculos familiares y colmarnos de nuevas vivencias, el turismo nos permite mejorar nuestra calidad de vida en los aspectos psicológicos y abre nuestra mente a nuevas alternativas.
El turismo accesible no hace más que constituir un acto de justicia hacia todas aquellas personas que por el solo hecho de tener alguna discapacidad, se encuentra frente a barreras físicas, sociales y comunicacionales que le dificultan el libre goce de su tiempo libre. El turismo accesible es un derecho que hace a la dignidad y realización humana de las personas con discapacidad, y una obligación para toda la sociedad.
2- El otro fundamento para el turismo accesible se encuentra en la demanda potencial de bienes y servicios turísticos que implica la consideración de los turistas con discapacidad
La Organización Mundial de Turismo prevé un permanente incremento en el mercado turístico mundial en cual se encuentran personas con discapacidad que serán futuros turistas.
En este contexto, las personas con discapacidad y sus grupos familiares o de pertenencia constituyen un segmento de mercado por demás interesante desde el punto de vista comercial, como demandantes de bienes y servicios turísticos. Pero, ¿le interesa verdaderamente a alguien competir por este mercado altamente deseable y rentable? Es común considerar erróneamente que las personas con discapacidad “son pocas”, pero en verdad constituyen una porción más que considerable de la sociedad y en consecuencia un porcentaje importante de la demanda turística.
El turismo y el desarrollo de las actividades recreativas deben apuntar también a las personas con discapacidad, no sólo por motivos sociales sino también porque es un buen negocio. Para esto, deben desarrollarse planes estratégicos competitivos que ofrezcan nuevos productos y servicios, creen atractivos novedosos, diversifiquen la oferta y proporcionen una mejor calidad de servicio, sin exclusiones.
Por supuesto que para ello hay que invertir: por ejemplo, hoteles y establecimientos turísticos renuevan periódicamente sus instalaciones, y las tareas de adaptación a las necesidades de personas con discapacidad pueden ser parte de esa renovación.
No olvidemos también que se necesitan leyes que hagan cumplir y valer lo anterior, en diciembre de 2013, fue presentado en la Asamblea Legislativa, un anteproyecto de ley de turismo accesible, por el joven Gerardo Schonenberg y el diputado David Reyes, el cual aún no ha sido aprobado y del cual se espera que sea un insumo para mejorar el desarrollo del turismo salvadoreño y asegurar los derechos e igualdades de las personas con cualquier tipo de discapacidad. Y así los encargados de los lugares turísticos puedan dar paso a mejoras en sus infraestructuras.