Vida independiente para personas con discapacidad

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Toda persona sueña con ser independiente, con tener su casa propia, ser profesional, tener un carro propio, valerse por sí mismo ante los retos de una sociedad que demanda grandes responsabilidades. Esto no es la excepción para una persona con discapacidad, quienes también tenemos como objetivo lograr esa independencia que todo ser humano sueña, tomar su propias decisiones, construir su propio núcleo familiar, participar dentro de la sociedad.

Lo mencionado no es un proceso fácil para una persona con discapacidad, ni mucho menos sencillo, como todo en la vida, se necesita de diferentes procesos, en los cuales intervienen distintas personas, como padres, hermanos, amigos, también instituciones de rehabilitación y de instituciones que haga valer los derechos que una persona con discapacidad tiene al querer ser una persona independiente, como derecho a un trabajo remunerado, a una vivienda, etc.

El ser independiente  permite a las personas con discapacidad que quieran salir  de ese paradigma social, el cual que supone a una persona con discapacidad a necesitar de cuidados y protección durante toda su vida, y, así, recuperar su libertad (lo cual no es lo mismo que libertinaje) y convertirse en protagonistas de sus propios destinos.

Las necesidades de una persona con discapacidad son exactamente las mismas que puede tener cualquier otra persona sin discapacidad, el problema para las personas con discapacidad, es que hay mucha gente que por intentar “cuidar y proteger” piensa y decide por ellas cuáles son esas necesidades.

Independencia implica no sólo dejar de depender de otros y tener opiniones y decisiones propias, sino además poder asumir nuevas responsabilidades, ser partícipe de la sociedad de la cual es partes, y, en la medida de lo posible resulta importante la defensa de la independencia personal, pues solo así podremos romper con el paradigma social ya mencionado.

Tener el valor de ser una persona con discapacidad independiente, no es fácil, pero tampoco imposible para mí, tener unos hermanos, padres y amigos que me hacían desplazarme solo o alcanzar las cosas yo solo, ser siempre incluido en el grupo en mi proceso de educación en el colegio, saber que nunca he sido ni seré diferente solo por tener una discapacidad, aprender a valerme por mi mismo, contar con la oportunidad de un trabajo, tener sueños, objetivos y metas, han servido en mi desarrollo como persona y mi deseo de querer ser independiente, y aunque todavía no logro una independencia total, me preparo para cuando pueda lograr esa autonomía, porque discapacidad no es incapacidad.